31.8.11

Arruguitas de felicidad se llaman.

Qué ganas de estrujarte contra mi pecho, y que me abraces cual oso de peluche que calma tus pesadillas. Qué ganas de perderme en los espacios de tus palabras y encontrarme en cada sonrisa que curiosamente se te asome. Qué ganas de enamorarme de cada una de tus pecas, y descubrirlas, y besarlas, otra vez. Qué ganas de hacerte enfadar para permitirme el lujo de probar los besos dulces que me das después. Qué ganas de dibujar las arruguitas que salen de tus ojos cuando te ríes. De robar todo el espacio-tiempo de tu mente. Qué ganas de espiarte cada noche que te falto, y qué ganas de que aparezcas en las que me faltas tú.

Que hoy quiero llenarme de caricias, o de tu más pura tontería. De tus revisiones de sonrisa, o del olor de tu camiseta.






Qué ganas de vivirte cada día. Y que me vivas.
Sobretodo, que me vivas.


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